CADAH CANTABRIA
Hola amigos.
Durante estas últimas semanas hemos estado preparándonos para la vuelta al cole, con artículos interesantes sobre este tema, para adaptarnos a la vuelta de vacaciones, para volver al cole con buen pie, etc. Pues aquí dejo este otro, copiado (con su permiso) de Cadah Cantabria una web donde podemos encontrar mucha y diversa información.
Comunicarnos con el profesor es parte de esa vuelta al cole, requisito indispensable cuando tienes un hijo con TDAH. Necesitamos comunicarnos de forma continua con ellos, pero también y muy importante de manera asertiva y fluida.
Este artículo de Cadah Cantabría nos da unas buenas nociones para conseguir una buena comunicación con el profesor.
Cómo comunicarse con el profesor de un niño hiperactivo:
Para conectar con el profesor y construir algo positivo con
su ayuda es necesario partir de la imagen que el profesor tiene de nuestro
hijo/a. Sea ésta realista o no, similar a la que tenemos nosotros o muy
diferente, el profesor tiene una idea sobre cómo es nuestro hijo/a, sobre lo
que le sucede y sobre lo que es necesario hacer para ayudarle. Y es muy
importante conocerla por varios motivos:
- Necesitáis saber de
dónde parte el profesor para poderos comunicar con él.
- Debéis estar abiertos
a aceptar que, aunque os duela, hay aspectos en los que el profesor puede tener
razón.
- Puede ser el único
modo de conseguir que cambie su visión en aquellos aspectos en los que pueda
estar equivocado. Por ej: Si no estamos de acuerdo en algo debemos
convencerle de que ese algo no es cierto, pero de una manera más o menos
indirecta (porque decirle directamente que "eso no es cierto" es lo
mismo que decirle "usted está mintiendo"). Una buena forma de hacerle
caer en la cuenta de que no es así sería plantear las cosas partiendo de su
propio punto de vista: "Es posible que, como dice usted.. yo lo que hago
es lo siguiente por ejemplo.. no sé si lo hice correctamente, ¿cree que debo
controlarlo de otra manera? Quizá si le exponéis la situación sin enfrentaros a
sus opiniones, él tenga en cuenta matices que hasta ahora no contemplaba.
Necesitamos aproximarnos a su punto de vista, y debemos hacerlo de forma
abierta, objetiva y sin juicios previos. Para ello, tendremos que tomar cierta
perspectiva de la situación, alejarnos para que "los árboles no nos
impidan ver el bosque", y aceptar también que este proceso puede llevar
algún tiempo.
- Necesitáis saber la
visión que tiene el profesor de vuestro hijo/a para poder ver cómo encontrar
puntos de encuentro de trabajo conjunto con él. Fijaros que la intención no es
conocer su visión para intentar modificarla, sino para buscar puntos de acuerdo
sobre cómo ayudar al niño en situaciones concretas.
Algunas pautas y consideraciones:
Describid con la mayor
objetividad posible las características
de su profesor/a, así como sus ventajas y desventajas. No os dejéis llevar
por prejuicios, por su aspecto, por la fama que ha tenido hasta entonces o lo
que habéis oído comentar de él/ella.
Elaborad una lista con la información
objetiva que tenéis y que pudiera daros pistas sobre cómo el profesor puede estar
viendo a vuestro hijo/a en estos momentos (quejas a la hora de recogerlo,
comentarios de otros padres, notas de la agenda (método no recomendable de comunicación con el
profesor, sobre todo si son aspectos negativos que el niño puede leer) o partes
de disciplina).
Acordad entre vosotros quién de los dos
padres es el más adecuado para acudir a las entrevistas con el profesor. En
ocasiones puede ser que el más conveniente sea el padre y en otras la madre,
quizá porque el profesor no le ha visto muy a menudo, porque crees que puede
sentirse más cómodo o tomarse más en serio la figura de un varón o de una mujer
o bien porque uno de los dos es más templado y diplomático que el otro.
Pide una cita (uno de los dos) con el profesor y prepárate para el primer
contacto, escucha todo lo que el profesor tiene que decirte. No vayas con la
idea de "dar", de contarle cómo es tu hijo/a y darle lecciones sobre
cómo debería ayudarle. No es el momento, deja las emociones en un segundo plano
y limítate a recoger información. Hazle saber que quieres poner todo tu
esfuerzo a su disposición (en lo positivo y en lo negativo) para lo que
necesite, preguntándole cómo le ve, qué problemas concretos tiene con tu hijo/a
en cada área y qué cosas concretas cree que puedes hacer desde casa para
ayudarle. Ábrete sinceramente a su opinión, no te pongas a la defensiva, no
adelantes acontecimientos y no le juzgues. Y tampoco te sientas
decepcionado/a si no sacas mucho en claro. Algunos profesores exponen en pocos
minutos y muy claramente cómo ven a los niños, qué dificultades perciben y qué
es lo que desean que se haga en casa, mientras que otros se limitan a quejarse
de forma desdibujada, sin ser capaces de concretar pautas de actuación. Aun
así, trata de recoger información lo más completa posible respecto a:
·
Su comportamiento en general en el centro (pasillos, comedor, patio.)
·
El rendimiento y las dificultades en cada materia.
·
El grado de autonomía que observan cuando debe prestar atención y
trabajar en clase.
·
Las relaciones con los profesores.
·
Las relaciones con los compañeros.
·
La imagen que puede mostrar de sí mismo, su autoestima y su estabilidad emocional.
Ten cuidado de no convertir la
entrevista en un interrogatorio (puede sentirse juzgado). Será menos violento
si te excusas diciendo que el terapeuta que lleva a tu hijo/a te ha pedido que
le hagas algunas preguntas concretas, y que estás tomando nota para saber
transmitirle bien su opinión como profesor/a. No te preocupes si la
entrevista no te ha parecido muy productiva, se trata de un primer contacto.
Completad la lista con la descripción de vuestro hijo/a y las posibles
soluciones que plantea el profesor/a. No os desaniméis si sentís que vuestro
hijo/a es un verdadero desconocido para su profesor/a, suele pasar que en la
segunda cita los padres se dan cuenta de que las preguntas de la primera han
tenido efecto y que el profesor/a parece ahora haber observado más al niño y
haber recogido más información de otros profesores.
Plantearos en serio poner en práctica lo que el profesor demanda de
vosotros, incluso aunque tengáis la impresión de que las medidas que os ha
recomendado no vayan a ser efectivas. Si funcionan estaréis en el buen camino y
si no, le habréis demostrado que estáis abiertos a colaborar.
Tratad de completar la lista de posibles soluciones a cada problema. Lo
mejor es sentarse con el terapeuta que lleva a vuestro hijo/a para ver qué
planteamientos son los más adecuados, a qué medidas debemos dar prioridad en
cada momento y cómo llevarlas a la práctica. La lucha es larga y desgastante,
pero los grupos de apoyo de las
asociaciones de padres o fundaciones pueden ayudar mucho en este sentido.
Recuerda que no sois las únicas personas que han pasado o están pasando por
esto.
No olvidéis que en vuestra lucha privada os interesa conseguir lo mejor
para vuestro hijo/a colaborando con el centro educativo. Exigir con rigidez,
esgrimir sus derechos (por muy válidos y justos que sean) y tratar de imponer medidas al centro nunca
funciona. Centraros más en ganar con paciencia pequeñas batallas que en
intentar dar un escándalo, y si veis la lucha demasiado grande o poco
fructífera, quizá sea mejor que os plantees un cambio de centro.
Dosificad la información, los profesores son
algunos de los profesionales más saturados, tienen clases que preparar,
informes que emitir, ejercicios que corregir, etc. Pedid siempre cita con
antelación y poneros a su disposición, agradeciendo siempre las
atenciones que tiene con vuestro hijo/a (incluso aunque al principio te
parezcan inexistentes).
Procurad que con vuestra actitud el profesor no tenga la sensación de que
"vais de entendidos", que dais por hecho que él no sabe del tema, que
no conoce bien al niño o que no está interesado.
El sistema educativo, el colegio y los profesores se adaptarán en la medida
de lo posible a las necesidades de vuestro hijo/a pero no obstante los padres
deberán trabajar para dotar de herramientas a sus hijos para que así dependan
menos de los demás y como padres tenéis más posibilidades de control sobre lo
que hacéis con vuestro hijo/a que posibilidades de influencia sobre el colegio,
los profesores o el sistema.
Recordad que para ayudar a vuestro
hijo/a tenéis que encontrar puntos de
entendimiento con el profesor. Antes de entrar en la entrevista, el que
vaya a entrar debe pensar:
·
¿lo que voy a decirle al profesor servirá para que entienda mejor a mi
hijo/a?,
·
¿mejorará la relación que tiene con él/ella o la percepción que él/ella
tiene de nosotros como padres?.
La respuesta a esta pregunta os ayudará
a saber qué debéis y qué no debéis
decir en cada momento y cómo debéis hacerlo.
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