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ATIMANA-DAH lucha cada día por y para las personas que se ven afectadas por el TDAH, desde el ámbito familiar, escolar, social e institucional.

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ASÓCIATE

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Juntos somos más, juntos podemos más

28 de noviembre un gran día: Se aprueba la Ley Orgánica que reconoce el TDAH como necesidad específica de apoyo educativo.

El 28 de noviembre de 2013 se ha convertido en un día importante en la historia del TDAH en España, un gran día para las asociaciones y para todos los afectados.
La lucha que el conjunto de asociaciones viene llevando a cabo desde hace ya mucho tiempo ha dado su fruto. Se ha aprobado la Ley Orgánica que reconoce el TDAH como necesidad específica de apoyo educativo, a nivel nacional. Esto es un motivo de alegría para todos nosotros.
EL TDAH queda reconocido como necesidad específica de apoyo educativo en el artículo 71.2. Además se ha incluido un nuevo artículo (79 bis) que prevé el derecho a la identificación y valoración de las necesidades educativas y la consiguiente intervención de la forma más temprana posible. Todo ello con rango de Ley Orgánica.

Un gran paso que favorecerá la lucha de las familias, conseguido con el esfuerzo de todos.


EL TDAH EN LA LOMCE


El Pleno del Senado aprobó el pasado jueves día 20 de noviembre el texto de la LOMCE en la que se incluía una enmienda en la que se menciona expresamente el TDAH como necesidad específica de apoyo educativo.

El siguiente paso es que el Pleno del Congreso lo apruebe. Esperamos que no haya problema en este sentido y que siga adelante sin trabas. Solo nos queda esperar. 


Un gran paso que esperemos llegue a buen puerto y que supondrá un apoyo importante para todos los afectados del TDAH, teniendo cobertura a las necesidades específicas de apoyo independientemente de la Comunidad Autónoma a la que pertenezcan.

VACACIONES

Se acercan las vacaciones de Navidad. Algunos consejos para afrontar este periodo de vacaciones.


Cuando se trata de periodos vacacionales largos como las navidades, semana santa u otras, los padres se enfrentan a que su hijo suele perder el control porque tiene demasiado tiempo libre.

¿Cómo manejar esta situación? Sugerencias:

-          Procura seguir con las rutinas y horarios hasta donde se pueda: que coma a las mismas horas y se acueste a la hora de siempre.

-          Repasa con el niño las normas y lo que se espera de él: recuérdale las normas y comportamientos adecuados, así como las consecuencias.

-          Prepárale para las visitas familiares: estas visitas pueden ser estresantes, mucha gente y mucho ruido. Ten a mano películas, libros u otros juegos para mantenerle entretenido si se sobre estimula.


Tú también eres prioridad: si estás tenso o agotado se producirá un ambiente de ansiedad en toda la casa y en la relación familiar. Preocúpate por dormir bien, cuida tu dieta, haz ejercicio, cuida tu relación, busca un momento para ti. Reducir el estrés en los padres reducirá el estrés en los hijos.


Fuente: Seminario para la orientación y asesoramiento a las familias de niños con TDAH de Gobierno de Canarias.



MOTIVACIÓN: Disfrutar del aprendizaje





Todos los niños necesitan, quieren y tienen derecho a disfrutar del aprendizaje, es por ello que parte de la tarea de un profesor es sobre todo motivar y despertar el interés del niño por aprender.

Pero cuando nos enfrentamos a un niño con un trastorno como el TDAH esta tarea se puede volver muy complicada. Por supuesto que complicada no significa imposible.

Un niño con TDAH tiene dificultades para mantener la atención y esto hace difícil el conseguir captar su interés y motivarle. Pero, como todo niño, siempre hay algo que puede motivarle y es ahí donde debemos agarrarnos para conseguir que le guste aprender.

Los equipos de orientación del centro o los terapeutas que lo tratan no son los encargados de conseguir que el niño esté motivado en clase, ellos tienen otros objetivos, por tanto es el profesor quien debe asumir este reto con los medios y consejos que sí pueden darles otros profesionales como orientadores, pedagogos y psicólogos.

Para conseguir un buen rendimiento en el aula hay una serie de pautas que se pueden aplicar y que resultan muy útiles para controlar los despistes, la hiperactividad y la impulsividad, principales síntomas del trastorno. Pero esto no nos va a servir para motivar al niño.

Cada niño es diferente y por tanto sus intereses y motivaciones son diferentes. Para despertar el interés de cualquier niño lo primero es conocer sus intereses, qué le gusta e interesa.

Estar atentos a todo lo positivo, a la caza de los éxitos y las conductas adecuadas. Reforzar continuamente de forma positiva e inmediata todo aquello que muestren en positivo, ya sean tareas, actitudes, comportamientos.  Con ello conseguiremos que estas conductas se repitan y sean constantes, además de motivarlos y reforzar su autoestima.
La autoestima de los niños con TDAH suele estar dañada, por ello, es necesario reforzarla. Los niños que padecen este trastorno son niños frustrados por los constantes fracasos de manera que es importante conseguir que se vean a sí mismos de forma positiva, la única forma de conseguirlo es contraatacar esos sentimientos negativos provocados por los errores, acentuando sus puntos fuertes y minimizando las debilidades.

También encontramos que los niños con TDAH suelen tener problemas a la hora de socializarse. Esto puede hacer que se aísles y tengan muy pocos amigos. Parte del trabajo del profesor es ayudar a la socialización de los niños, tengan o no TDAH. Cuando tenemos un niño con TDAH en el aula necesitaremos poner más atención a este aspecto. El profesor debe acercar al niño con este trastorno a los demás, ayudarle a relacionarse explicándole qué debe hacer y cómo debe hacerlo, sirviendo de enlace entre él y los otros alumnos, y muchas veces tendrá que ser cómplice del niño con TDAH para mandarle señales sutiles (que solo comparta con este niño) que le indique qué hacer. Los juegos de rol son útiles a la hora de aprender a socializarse, de manera que usar este tipo de juego o escenificaciones en el aula, resulta útil a la hora de enseñar como relacionarse con los otros (no solo para niños con TDAH sino para todos los alumnos).

Ayudarles a estudiar, enseñarles cómo estudiar, darle consejo sobre técnicas de estudio o memorización, enseñarle cómo puede organizarse, ayudarles a controlar el tiempo, son otras de las tareas que un profesor puede hacer con sus alumnos y que le ayudarán a mejorar su adaptación al aula y su motivación por el estudio.

Por supuesto que cuando tenemos un niño especial en el aula, es esencial y primordial conocer cuáles son sus características específicas y cuál es la ayuda concreta que podemos prestar al niño. Conocer a qué nos enfrentamos es importante, pero también lo es conocer cómo enfrentarnos a ello. Para ello contamos con infinidad de información y ayuda a través de las asociaciones de TDAH, fundaciones, federaciones y otras organizaciones públicas y privadas dedicadas al TDAH y a otros trastornos.

Enlaces de interés relacionados:

Formas de motivar a los estudiantes: 




Manuales sobre TDAH para docentes:

Tdahytu.es, manual para padres  y profesores: http://www.tdahytu.es/manual-para-padres-y-profesores/  Se trata de un conjunto de guías para padres y educadores, muy buenas.

El alumno con TDAH: http://www.psicodiagnosis.es/downloads/libroalumnotdah11indd.pdf , guía para docentes de la Fundación Adana, muy buena, podríamos decir que indispensable.

Ideas clave en la respuesta educativa para el alumnado con TDAH: http://www.fundacioncadah.org/web/doc/index.html?id_doc=145 ,  otra buena guía, esta vez de Cadah Cantabria.

Índice de diferentes manuales para profesores acerca del TDAH en el aula: http://adaptacioncurriculartdah.blogspot.com.es/p/manuales-pdf.html




Aprender a relajarse

La relajación es una actividad sumamente importante tanto para adultos como para los niños.

Practicar de forma habitual ejercicios de relajación es un hábito saludable que es conveniente que nuestros hijos aprendan e incorporen a sus rutinas.

Cómo cualquier otra actividad que le proponemos a un niño, cuando queremos que aprendan ejercicios de relajación, es importante que lo vean como algo entretenido. Pero, al mismo tiempo, es también importante que sepan y comprendan que esta actividad les va a ser de gran ayuda y es, por tanto, importante. Lo mismo ocurre con nosotros u otros adultos a  la que se la propongamos, tenemos que verla como algo importante, que nos va ha ser de utilidad pero, al mismo tiempo, como una actividad placentera.

Muchas veces priorizamos esta o aquella tarea por encima de casi cualquier cosa, sobre todo cuando hablamos de los deberes escolares. Pero debemos entender que hay actividades tan importantes como las tareas de clase. Hacer deporte, jugar y tener un tiempo ejercicios de relajación es muy importante también.

Cuando hablamos de niños sabemos que las cosas no van a ser tan simples. Debemos adecuarnos a su nivel y por tanto explicarles cada cosa de forma simple y de manera que puedan entenderlo. Si hablamos además de niños con TDAH, ya sabemos que las instrucciones deben ser simples y cortas. No más de una instrucción a la vez.

El ejemplo es el mejor profesor. Por ello demostrar lo que queremos haciéndolo nosotros mismos, hará que comprenda mejor las instrucciones. Además incluimos en nuestra rutina la relajación, ellos lo verán como algo normal y como una conducta a imitar.

El ambiente es importante a la hora de relajarnos. Es complicado relajarse cuando estamos incómodos o ante determinadas condiciones ambientales. El lugar donde vayamos a realizar los ejercicios de relajación debe ser cómodo, estar bien ventilado, con poco ruido…

LA RELAJACIÓN

1.    Comenzamos con la respiración. Se trata de respirar con el diafragma, tomar aire poco a poco por la nariz e hinchar con él nuestro abdomen, como si fuera una pelota o un globo; mientras tomamos aire podemos ir contando mentalmente y con calma hasta 2 o 3. Poco a poco también expulsamos el aire, esta vez por la boca, y vamos contando mentalmente hasta cuatro. 
En este ejercicio puede ayudarnos poner las manos en el abdomen para sentir como se llena de aire para luego vaciarse.
Tomar conciencia de la respiración es importante, se trata de centrarnos en la respiración: concentrarnos en como el organismo toma el aire y lo expulsa.

No debemos desesperar si las inspiraciones no son demasiado profundas o si nos desconcentramos y estamos pensando en otra cosa. Poco a poco y conforme nos vamos acostumbrando a hacer el ejercicio, éste nos irá saliendo mejor.

2.    Tensar partes del cuerpo y relajarlas. Este tipo de ejercicio se llama relajación muscular progresiva gruesa. Una vez hemos respirado profundamente varias veces podemos pasar a tensar y relajar varias partes del cuerpo. Podemos centrarnos en una o dos partes, por ejemplo los brazos o las piernas, u optar por hacerlo con todo el cuerpo pero por partes.
Se trata de tensar esa musculatura, dejarla así unos segundos (3-4) y volver otra vez a relajarnos. En este ejercicio también debemos estar atentos a la respiración. Inspiramos cuando tensamos y expiramos al relajar. Hay que hacer cada tensión y cada relajación de forma tranquila.
Si decidimos tensar y relajar todo el cuerpo debemos ir por partes. Dividimos el cuerpo en unas cuatro partes y vamos haciendo el ejercicio con cada una de ellas. Por ejemplo piernas-pies, tronco, brazos-manos y cuello-cara.
Otra opción de este ejercicio o una segunda parte de él sería tensar todo el cuerpo a la vez mientras contamos hasta cinco para luego relajarlo otra vez.


Otras formas de relajarnos:

1.    El soldado de plomo:

Es una técnica que nos permite relajarnos cuando estamos de pie.

a.    Posición de firmes: Nos ponemos de pie con los brazos a los costados y las piernas juntas y estiradas, asegurarnos de tener la espalda y el cuello recto, y mantener la cabeza derecha mirando a delante.

b.    El soldado de plomo: Nos imaginamos que lentamente nos vamos convirtiendo en un soldado de plomo. Vamos tensando todo nuestro cuerpo, lo vamos poniendo cada vez más duro, lo más que podamos.

c.    El hombre de chicle: Vamos poco a poco relajando todo el cuerpo imaginando que nos convertimos en un hombre de chicle.

d.    Inhalar: Ahora cogemos aire por la nariz, poco a poco, todo el aire que podamos. Vamos llenando el abdomen como si fuera un gran globo. Conforme vamos cogiendo aire y llenando el diafragma contamos mentalmente hasta 3 (1, 2, 3). Ahora exhalamos poco a poco por la boca, tirando el aire mientras contamos del 3 al 1 (3, 2, 1).

e.    Firmes: Volvemos a la posición de firmes (a). Respiramos profundamente como en el paso anterior (d), cuando cogemos aire vamos a ir tensando el cuerpo hasta convertirnos en un soldado de plomo (b) y mientras inspiramos contamos hasta cuatro (1, 2, 3, 4), ahora y poco a poco vamos expulsando el aire y mientras lo hacemos nos convertimos en un hombre de chicle (c).

Este ejercicio se repite aproximadamente unas 5 veces o hasta que nos sintamos relajados.

2.    Relajarnos mientras caminamos:

A veces no podemos encontrar un momento y/o un lugar para relajarnos. No hay problema, podemos relajarnos mientras caminamos.

a.    Caminamos lentamente.
b.    Nos detenemos un momento y tensamos todo el cuerpo, como una estatua.
c.    Destensamos todo el cuerpo y continuamos la marcha.
d.    Mientras tensamos y relajamos, respiramos profundamente. Inhalamos por la nariz poco a poco mientras contamos hasta 3 y llenando el abdomen (respiración diafragmática), exhalamos lentamente echando el aire por la boca y contando del 3 al 1.
e.    Este ejercicio de relajación podemos realizarlo cinco veces o hasta que nos sintamos relajados.


3.    Relajación progresiva:

Se trata de ir relajando cada parte del cuerpo acompañando a la respiración. Mientras respiramos profunda y pausadamente nos centramos en una parte del cuerpo para que se relaje, luego en la siguiente y así sucesivamente. Podemos empezar por donde queramos pero siempre siguiendo un orden que nos permita no olvidarnos de ninguna parte del cuerpo.
Este tipo de relajación puede ser más complicada pero vale la pena intentarlo.
Se puede realizar tanto acostada como sentada.

a.    Respiración:

Cogemos aire por la nariz y lo expulsamos por la boca.

Respiramos profundamente varias veces, intentando llenar el abdomen.
A continuación seguimos con la respiración, cogemos aire lentamente, contando mentalmente hasta 2 o 3. Luego exhalamos lentamente contado hasta 3 o 4. Repetimos esta respiración varias veces.

Seguimos respirando como en el apartado anterior, pero ahora, al inhalar, intentamos retener el aire en el abdomen unos segundos (contamos hasta 3 o 4). Luego exhalamos lentamente contando también y cuando hayamos vaciado todo el aire contamos hasta 3 antes de volver a inhalar.

b.    Comenzamos a relajar:
Nos centramos en los pies y los tobillos, ordenándoles que se relajen, relajamos los dedos, la planta, el talón, el empeine, los tobillos. Mientras lo hacemos vamos respirando profundamente, cogemos aire mientras contamos hasta 2 y exhalamos lentamente mientras contamos hasta 3 o 4. Cogemos aire por la nariz y lo echamos por la boca.
Ahora pasamos a las piernas, nos concentramos en ellas y las relajamos, las piernas, las rodillas y los muslos. Mientras lo hacemos seguimos respirando como se explico antes.
Seguimos así con cada parte del cuerpo: manos y brazos, pelvis, caderas y cintura, espalda y pecho, hombros, cuello y cara.



Cuando trabajamos con niños la relajación debe ser guiada. Se trata de ir dictándoles las pautas o pasos para que los vayan realizando, hacerlos junto a ellos puede ayudarles mucho ya que el mejor maestro es el ejemplo.

También podemos guiar la relajación a un amigo, compañero, a nuestra pareja, o pedir a alguien que nos guíen en la relajación. Pero es bueno que aprendamos poco a poco a relajarnos sin ayuda.

Es importante fijarnos en la respiración pues una buena respiración es clave para conseguir relajarnos.

Podemos llegar a relajarnos mucho y si estamos realizando los ejercicios acostados podemos llegar a dormirnos. Para evitarlo podemos hacerlos sentados o una vez sepamos el tiempo que nos lleva la relajación podemos programar una alarma por si nos dormirnos no se nos pase el tiempo en balde.


De estas formas o de cualquier otra es importante aprender a relajarnos, nos ayuda tanto física como mentalmente. Nos merecemos un momento para nosotros, para nuestra mente y para nuestro cuerpo, un rato en el que aislarnos y desconectar.

Fuentes: 


Cautela, J (1992). Manual de Relajación. Barcelona: Martínez Roca