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Entrevista con Sergio Hernández en El Día.es




El Dia.es nos muestra una entrevista con Sergio Hernández, profesor titular de Neuropsicología de la ULL, con la intención de presentarnos un curso que fue organizado por la facultad de Psicología en colaboración con la Asociación Española de Logopedia. Un curso dirigido a profesionales y que abordó las investigaciones más recientes sobre el TDAH y el tratamiento, la psiquiatra infantil Belén Rubio, del Hospital Universitario de Canarias, fue la encargada de tocar los temas relacionados con la farmacología y también se habló sobre estrategias para los padres y el entorno escolar.

En el marco de esta entrevista, Sergio Hernández nos comenta que el TDAH es un trastorno crónico y por tanto no se cura, pero sí que existen herramientas psicológicas y farmacológicas para manejar los síntomas de forma aceptable. También nos recordó que el TDAH es un trastorno genético que no se debe a causas sociales o ambientales, aunque dichas causas sí que pueden agravar los síntomas de este trastorno.

Desde la asociación nos parece importante destacar a este respecto que la información y la formación de padres es un pilar fundamental para el tratamiento del TDAH así como las reestructuraciones en la escuela y la formación de los docentes.

Sergio Hernández nos explica las características más sobresalientes de este trastorno:

-      dificultades a la hora de concentrarse en las tareas, problemas para adaptar su actividad motora a las exigencias del medio social,  impulsividad, dificultades para rendir en clase y para tener relaciones normales, dificultades en la memoria de trabajo, mayor probabilidad de caer  en alteraciones de la autoestima, alto riesgo de "tontear" con conductas delictivas .

Recordemos que estos riesgos existen pero que suelen desaparecer o minimizarse mucho con un diagnóstico a tiempo y un tratamiento precoz y adecuado.

Sergio Hernández destacó la existencia de ciertos circuitos cerebrales involucrados en el TDAH y como la farmacología puede ayudar actuando sobre los neurotransmisores involucrados en este trastorno.

Subrayó también que aun habiendo alteraciones en determinadas estructuras cerebrales no hay realmente un marcador biológico para el TDAH. Por tanto el diagnóstico se hace en base a cuestionarios y entrevistas con el niño y los padres.

Entrevistas y trabajos como este que nos presenta Sergio Hernández, nos encaminan a una mayor visibilidad y conocimiento del trastorno, hecho que podrá derivar en una mayor concienciación y sensibilización hacia el TDAH, consiguiendo así un corriente que lleve a la mayor y mejor formación de profesionales en este trastorno tanto en el ámbito sanitario como en el educativo.







Concepto de TDAH


El TDAH es un trastorno de origen neurobiológico y componente genético. Se inicia en la infancia pero tiene carácter crónico, es decir se continúa hasta la edad adulta. 

El TDAH o Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, se caracteriza por tres síntomas nucleares que son la falta de atención (dificultad para mantener la atención, facilidad para distraerse, mala organización en los estudios, frecuentes olvidos), impulsividad (interrumpir constantemente, no reflexionar antes de actuar, dificultad para mantener el turno...) e hiperactividad (constante movimiento que interfiere en el desarrollo normal). 

En función del predominio de estos síntomas se distinguen tres tipos de TDAH: tipo inatento en el que predomina la falta de atención, tipo hiperactivo-impulsivo en el que predominan estos síntomas y tipo combinado en el que se dan los tres síntomas (hiperactividad, impulsividad y déficit de atención). El subtipo combinado es el más frecuente.

La prevalencia de este trastorno es alta, se cree que entre un tres y un ocho por ciento de los escolares lo padecen, esto se traduce en aproximadamente dos niños con TDAH por aula. Las investigaciones sugieren que se da más en niños que en niñas, aunque en los últimos tiempos muchos investigadores piensan que estas diferencias se ven sesgadas y parece ser que las chicas manifiestan más el tipo inatento, subtipo que suele pasar desapercibido.


Se apunta a la existencia de un diagnóstico porque las pruebas nos indican que su comportamiento no se ajusta a lo adecuado a su edad y nivel madurativo, porque afecta a más de un área de su vida, porque se ha descartado que existan problemas en el niño que puedan estar manifestándose con estos síntomas típicos del TDAH, además estos síntomas interfieren de modo significativo en su vida personal, escolar y social.

Existen una serie de criterios que ayudan al diagnóstico del TDAH . Se debe tener en cuenta que deben estar presentes antes de los 7 años y en más de un contexto de la vida del niño. Se deberán dar al menos durante seis meses y, por supuesto, no ser causados por otros trastornos o problemas. Puedes consultar estos criterios diagnósticos en 



CRITERIOS DIAGNOSTICOS PARA EL TDAH Criterios DSM y CIE





Si sospechamos que nuestro hijo o hija puede tener TDAH, antes que nada debemos localizar un profesional adecuado y con experiencia que pueda realizar una correcta evaluación de este trastorno. Existen diferentes especialistas que pueden diagnosticarlo desde pediatras, psicólogos, psiquiatras, neurólogos. En Atimana-dah contamos con el Servicio de Orientación, Tratamiento y Evaluación Psicopedagógica (SOTEP) que está preparado para la evaluación y diagnóstico del TDAH.

En el diagnostico del TDAH pueden intervenir varios profesionales puesto que se necesita descartar la existencia de otros problemas. Para el diagnostico se realizan una serie de pruebas:  Cuestionarios a los padres y profesores (en ocasiones se pasan también a otros miembros de la familia), entrevista con los padres y el niño, evaluación psicológica del niño y la familia, evaluación mentyl, psicosocial, pero además es necesario hacer una evaluación física que descarte problemas físicos (visuales, auditivos...).

Si sabemos que ocurre algo pero no sabemos qué y no sospechamos de nada ni de TDAH, entonces lo mejor es acudir a nuestro pediatra para que nos derive al especialista que crea adecuado. 


Y una vez diagnosticado pasamos al tratamiento. El tratamiento efectivo del TDAH pasa por un abordaje multimodal o multidisciplinar. Esto supone tratamiento psicopedagógico (psicologos y / o psicopedagogos), tratamiento farmacológico, educación de padres, adaptaciones en el hogar, formación de docentes y adaptación en el aula. Se trata del mejor tratamiento con una mayor eficacia y con resultados probados. Un tratamiento multimodal iniciado de forma temprana nos da las mayores probabilidades de una evolución satisfactoria.


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Que pueden hacer los padres

Vivir con el TDAH no es fácil, ni para los afectados ni para la familia en general.Cuando los padres se enfrentan a este trastorno afrontan dificultades serias a la hora de educar a los niños. Son niños realmente difíciles de educar ya que no responden igual que otros, ni consiguen estructurar sus vidas, su pensamiento y su comportamiento de la misma forma que cualquier otro niño de su edad.

El diagnóstico del TDAH supone en gran cambio en la dinámica diaria familiar y personal. Hay que adaptarse y aprender qué hacer y cómo hacerlo para conseguir una buena adaptación y evolución de la persona con TDAH.

Las familias con niños que padecen este trastorno se enfrentan a niveles de estrés muy superiores a los de cualquier familia media y esto pasa factura a la convivencia familiar y al aspecto personal de cada miembro de la familia.

Afrontar el TDAH es duro y se necesita de mucha ayuda para conseguirlo.

Los padres podemos poner en marcha una serie de pautas o ideas, acciones y actitudes que pueden ayudarnos  a lidiar con las consecuencias del trastorno:

Aceptar el diagnóstico y buscar ayuda. 

Aceptar el diagnóstico es muy importante, es el primer paso hacia la acción, hacia la mejora de la calidad de vida del niño afectado por este trastorno.

Podemos encontrar ayuda a través de profesionales de la psicología que nos ayuden a adaptarnos y a superar los problemas concretos que se nos presentan con estrategias efectivas.

Las asociaciones son una fuente importante de apoyo a las familias, tienen amplia experiencia en el tema pues se han enfrentado a diversos casos. Ayudan y apoyan a las familias, aconsejan sobre los diferentes pasos a abordar, dan a los padres las herramientas adecuadas para afrontar el trastorno mediante charlas, talleres o escuelas de padres, suponen un punto de encuentro de los padres donde pueden hablar e intercambiar experiencias e inquietudes. Otro aspecto importante que llevan a cabo las asociaciones es el de representación, haciendo presión social y hacia las administraciones, gracias a su conjunto se logran avances en el reconocimiento social y administrativo del trastorno y con ello la protección del afectado y la puesta en marcha de diferentes medidas de actuación (medidas que hoy podemos disfrutar).
Algunas asociaciones cuentan también con servicios de evaluación y tratamiento, o con una red de profesionales que nos pueden recomendar.

Un buen diagnóstico

Un buen diagnóstico es el primer paso para un buen tratamiento. Es esencial informarnos sobre especialistas cualificados y con experiencia para la evaluación. La clave del éxito está en un buen diagnóstico y tratamiento.

Cuanto antes de diagnostique y se trate mejor será el pronóstico. De manera que debemos actuar con premura, el TDAH, cuanto más tiempo dejemos nos encontraremos con más dificultades, con más comorbilidades (trastornos asociados)  y con aspectos que ya no se solucionan sino que se parchean. Es importante conocer las derivaciones que se dan de no tratar el TDAH, esto ayudará a comprender la importancia de detectar y diagnosticar el trastorno a tiempo

Informarse.

Conocer el trastorno y sus repercusiones. Los padres necesitan información para poder ayudar a sus hijos con TDAH. Saber supone entender y entender es clave para educar.

Pero a la hora de buscar información debemos ser críticos y científicos, debemos asegurarnos de que las fuentes son correctas, analizar la información y contrastarla. No podemos escuchar todas las voces que suenan a nuestro alrededor, debemos seleccionar la información adecuada. En esta labor las asociaciones se convierten, una vez más, en grandes aliadas, en ellas podemos encontrar información fideligna y contrastada, pueden disipar nuestras dudas sobre diferentes temas; las asociaciones, fundaciones y federaciones de TDAH son en sí una fuente fiable de información y de sitios donde encontrarla.

Formarse.

Formarse es esencial. Se trata de aprender estrategias que ayuden a manejar el trastorno. El objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas que padecen TDAH y este objetivo pasa por informar y formar a padres y familiares. La formación resulta pieza clave para una buena evolución de los niños con TDAH.

Y nos podemos formar a través de charlas, talleres, jornadas, escuelas de padres, manuales, profesionales especializados como psicólogos y psicopedagogos.

Actualmente se organizan muchas eventos para informar y formar acerca del TDAH. Las asociaciones vuelven a ser aquí un punto clave, en ellas se organizan charlas, talleres y escuelas de padres que ofrecen la información adecuada y forman sobre qué hacer y cómo hacerlo. Además suelen contar con profesionales o redes de éstos, que dan ayuda personalizada.

La escuela.

La escuela es una parte muy importante a la hora de abordar el TDAH.

Colaborar y coordinarse con la escuela y el profesorado es esencial. Debemos informar de la presencia del trastorno y aportar el diagnóstico (por escrito y con registro de entrada). Los equipos de orientación del centro se encargan de llevar estos casos por lo que debemos estar en comunicación periódica con ellos.

Mantener una comunicación constante sobre todo con el tutor del niño/a es esencial, es de gran ayuda tanto para el profesor como para la familia. Se trata de un camino de doble sentido en el que los padres debemos ayudar al profesor y aportar puntos de apoyo o medidas de actuación, y también el profesor aportar información sobre la evolución y plantear los problemas o puntos débiles para poder pactar soluciones o ponerlas en marcha.

Aceptar la idea de incapacidad.

No debemos perder de vista la idea de incapacidad o discapacidad para ayudarnos en el camino de comprender para educar. Se trata de un trastorno neurobiológico de manera que ni el niño o niña ni los padres tienen la culpa.

Existe una línea de incapacidad que no permite al niño funcionar de forma regulada y de acuerdo a su edad, tal y como pueden hacerlo otros niños sin el trastorno. No es que no quiera hacer algo es que no puede, esta idea es clave para aceptar lo que ocurre y poder actuar de forma correcta.

Entender que es un trastorno crónico.

Se trata de un trastorno crónico, debemos tener claro que el trastorno existe y que no va a desaparecer con el tiempo. Pero también debemos saber que mejora significativamente con el tratamiento correcto.

Los equipos multidisciplinares nos ayudarán en la labor de encontrar el tratamiento adecuado a cada niño, pues se trata de un procedimiento individualizado que se adapta a las necesidades específicas de cada niño.

Al ser un trastorno crónico se perpetúa durante el crecimiento hasta la edad adulta. Los padres debemos revisar nuestras herramientas y actualizarlas, analizar la efectividad de nuestras estrategias y adaptarlas a cada momento.

El tratamiento.

Debemos ser conscientes de que un tratamiento adecuado y temprano mejora significativamente la evolución del trastorno, evita con más probabilidad la aparición de problemas asociados o comorbilidades.

El tratamiento adecuado es el multimodal que combina terapia psicopedagógica y/o psicológica, escuela de padres y terapia si fuera necesario, medicación y adaptaciones en el entorno docente y familiar.

Hay mucho sobre el TDAH rondando por las redes y otros ambientes, tratamientos que se nos presentan como alternativos y que nos dicen son efectivos para el TDAH. Debemos saber que:
Lo cierto es que actualmente los estudios con base científica sobre este trastorno solo dan validez y seguridad al tratamiento multimodal. El tratamiento multimodal presenta seguridad para la salud, fiabilidad y eficacia.
Que los tratamientos que se nos presentan como alternativos no tienen base probada y que no ofrecen mejora alguna en el tratamiento del TDAH. Esto pude provocar problemas a largo plazo ya que al no solucionar ningún aspecto del trastorno puede permitir que se agraven los síntomas y la aparición de comorbilidades.


Tratamiento farmacológico en el TDAH




¿Qué buscamos con la medicación?

 Cuando nos decidimos a medicar, buscamos el equilibrio entre beneficios y efectos adversos.
La medicación controla los síntomas, ayudando a los otros problemas asociados y a la terapia que el niño o niña esté llevando. Cómo con toda medicación, la cuestión está en conseguir un equilibrio entre los beneficios que aporta y los posibles efectos adversos, si los hubiera. Hay casos en que los efectos adversos son demasiado acusados y no se puede continuar con la medicación, para estos casos hay alternativas que su médico le comentará. Sin embargo hay otros casos en los que no se dan prácticamente efectos secundarios y los que aparecen se palian con facilidad o van desapareciendo por sí solos en poco tiempo.

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La primera opción de tratamiento para el TDAH es el metilfenidato, tanto para niños, como para adolescentes y adultos. El metilfenidato es un psicoestimulante, más conocido por el nombre con que se comercializa (Rubifen, Concerta, Medikinet), se utilizan para mitigar los síntomas de este trastorno como son el déficit de atención y la hiperactividad. El metilfenidato lleva mucho tiempo usándose, desde 1955 y, por tanto, tiene a sus espaldas años de estudios  y experiencia. Es por ello que se considera un tratamiento seguro y efectivo. El metilfenidato no actúa con eficacia para todos los síntomas del espectro del TDAH, pero sí que tiene un efecto importante y eficiente en los síntomas nucleares, hiperactividad, impulsividad y déficit de atención. Tiene menos eficacia en comorbilidades que aparecen con el TDAH relacionadas con  comportamiento social, agresividad, problemas académicos… Es por ello que se habla de un tratamiento multidisciplinar, ya que las terapias pedagógicas y psicológicas trabajaran de forma efectiva sobre estos problemas que la medicación no puede controlar.

Tanto el metilfenidato como la atomoxetina tienen efectos secundarios que debemos tener en cuenta pero que tampoco deben asustarnos.  

En el caso del metilfenidato los efectos secundarios son los propios de un estimulante. Los más frecuentes son: nerviosismo, problemas de sueño (sin que existe evidencia de afección de la calidad del sueño y del descanso), disminución del apetito, en ocasiones dolor de cabeza y dolor abdominal (de poca frecuencia y que se minimizan en poco tiempo hasta desaparecer). Todos estos efectos secundarios suelen presentarse en el inicio del tratamiento y desaparecer espontáneamente al poco tiempo.

Debemos tener en cuenta que muchos de estos efectos secundarios que se nombran ya están presentes en el niño antes de la toma, ya sea porque  los crea el ambiente y las circunstancias o porque son también inherentes al trastorno. Lo que ocurre es que el medicamento puede incrementarlos.

LA REALIDAD ES QUE EL METILFENIDATO ES UNA MEDICACIÓN DEMOSTRADAMENTE SEGURA. 

La dosificación del medicamento depende de cada caso concreto, ya que no solo influye la edad sino las características particulares de cada niño, aunque como toda medicación se guía también por el peso del niño o niña.

 Existen varias formas de presentación del metilfenidato. Primero nos encontramos con la liberación rápida como es el caso del Rubifen que suele tener efecto de 4 o 5 horas. Cuando se usa solamente este medicamento, se suele repetir su administración varias veces al día, normalmente cada seis horas, para evitar así picos en la conducta. Por otro lado tenemos el Concerta y el Medikinet, ambos de acción o liberación prolongada. Son muy parecidos, la diferencia está en la duración. Concerta tiene un efecto de 12 horas mientras que Medikinet dura unas 8 horas.

Dar con la medicación correcta es complicado puesto que los niños responden de manera diferente a los medicamentos. En la práctica se encuentran niños que responden bien al Concerta y no al Medikinet o al contrario. Existen casos en los que se hace necesario mezclar metilfenidato de acción lenta y rápida. Sea como sea es el especialista el que estudiará cómo y con qué medicar e irá ajustando sus acciones a cada situación.

Actualmente existen estudios de largo plazo que no evidencias efectos indeseados de la medicación  e inclusive, estudios recientes, han descartado algunos de los efectos indeseados y más temidos, como efecto de ella. Evidentemente la investigación acerca de la medicación continúa.

 La segunda opción en el tratamiento del TDAH:

Como segunda opción tenemos la atomoxetina conocida por su nombre comercial que es Strattera. La atomoxetina comenzó a usarse en España en 2006. Se trata de un antidepresivo y se ha visto efectividad cuando el TDAH está asociado a ansiedad, aunque también se utiliza en los casos en que el metilfenidato no da los resultados esperados o no se puede usar por las causas que sean. La atomoxetina es un inhibidor de la re-captación de la noradrenalina.

El uso de la atomoxetina no es problemático y se considera seguro, como el metilfenidato. Su punto  a  favor es que no interfiere con el sueño por lo que se pueden realizar las tomas más tarde o incluso por la noche. En adolescentes y adultos la atomoxetina es mejor tolerada, ya que en el adolescente la ansiedad suele ser un síntoma que se presenta con mayor frecuencia.

 Los efectos secundarios de este medicamento son los típicos de un antidepresivo, pero en el caso de la atomoxetina son más tolerados que cualquier otro tipo de antidepresivos.


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Cuando nos encontramos con algún trastorno acompañando el TDAH se trata primero el trastorno considerado más grave. El especialista estudiará el caso y decidirá cuál es la mejor opción. Por ejemplo en el caso de que el TDAH curse con ansiedad suele darse importancia a este último y se opta por el tratamiento con atomoxetina como primera opción. La existencia de comorbilidades en el TDAH hace que en muchas ocasiones se necesite usar otros fármacos en el tratamiento, siempre será el especialista quién valore este aspecto.



Frecuentemente los padres se preguntan que síntomas modulan los fármacos y si hay fármacos solo para el déficit de atención o solo para la hiperactividad, por ejemplo. Los fármacos usados para el TDAH están diseñados para atacar a los tres síntomas nucleares del trastorno: hiperactividad, déficit de atención e impulsividad, ya que el tipo combinado que presenta los tres síntomas es el más común entre los afectados por el TDAH. Por tanto no podemos decir que exista un medicamento diseñado específicamente para un solo síntoma.  



Otra duda de las familias con respecto a la medicación se refiere a la duración del tratamiento farmacológico. Dejar la medicación o no a partir de cierta edad va a depender de la sintomatología y evolución de la persona. El TDAH es un trastorno crónico, de manera que puede ocurrir que  la persona llegue a la edad adulta tomando medicación. La retirada de la medicación no paree ser, ahora mismo,  la opción más ideal en la mayor parte de los casos, por lo que indican las últimas investigaciones y casos evaluados. Aunque fue tónica general retirar la medicación en la adolescencia, se ha podido comprobar que esta práctica no es del todo correcta pues el TDAH sigue estando ahí y afectando de manera significativa y negativa a los adolescentes.



Descansos de la toma u olvidos

 El olvido de una toma no es significativo cuando hablamos medicamente, es decir, no se van a producir efectos notables a nivel nervioso o a nivel físico; pero debemos tener claro, que en el colegio se va a notar y puede que mucho, sobre todo si esto se hace durante varios días o semanas. Cuando los efectos secundarios son marcados, puede ocurrir que el especialista recomiende que se deje la medicación durante las vacaciones por ejemplo. El efecto rebote va a ser mínimo y no existen consecuencias físicas negativas de suspender la medicación. Pero también debemos tener en cuenta la palabra de psicólogos y pedagógos que tienen un papel importantísimo en el tratamiento de este trastorno.  

Desde el punto de vista psicopedagógico, el problema de los descansos en la medicación, el fin de semana o durante las vacaciones, reside en que los aprendizajes no consiguen consolidarse de igual forma, de forma efectiva. Los aprendizajes se interrumpen y no se consolidan y evolución progresiva en cuanto a rendimiento académico va a peor. El efecto del fármaco deja de estar ahí y cuando se vuelva a la toma se tendrá que esperar un tiempo a que empiece a regular,  tiempo perdido. Es importante tener en cuenta que el TDAH es un  proceso crónico y por tanto hay que acostumbrarse a tomar el fármaco cada día, como si de otra medicación crónica se tratara.




Abordaje multidisciplinar del TDAH

El tratamiento óptimo del TDAH se centra en un abordaje multidisciplinar en el que la medicación es solo una pequeña parte.  Un tratamiento que combina la medicación, las adaptaciones escolares y familiares, la educación de padres y niños para el trastorno, el tratamiento psicológico y el psicopedagógico. Lo que queda claro es que con el tiempo ha resultado evidente al efectividad de la medicación en el TDAH no solo por sus efectos directos sino porque ayuda sustancialmente al éxito de las otras terapias concomitantes en el tratamiento.



Estudio TDAH y protocolo - Canarias












La Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información en colaboración con la Dirección General de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa de la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias, financió un estudio que pretendía estudiar la prevalencia del TDAH en la comunidad autónoma de Canarias y su comorbilidad con las dificultades específicas de aprendizaje y estandarizar las escalas de valoración psicopedagógica y un protocolo de evaluación de la función ejecutiva para niños de 6 a 12 años que presentan síntomas de sospecha de TDAH.

Este estudio ha sido publicado en la revista European Journal of Education and Psychology y fue coordinado por el catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de La Laguna (ULL), Juan E. Jiménez

Ambos objetivos se han cumplido con este estudio.

Este estudio destaca en conclusión la importancia de una identificación temprana del TDAH, así como de un diagnóstico y tratamiento precoces, ayudando a los niños y niñas a desarrollar todo su potencial y lograr una mejor calidad de vida, y en paralelo consiguiendo una reducción del gasto público.



Consulta el estudio: http://www.formacionasunivep.com/ejep/index.php/journal - sigue el enlace.