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Programas para el control de la conducta en el aula - un artículo de Cadah Cantabria

Fuente: Cadah Cantabria

Hemos hablado muchas veces de la importancia que tiene un docente en el aula en general, siempre. Pero cuando hablamos del TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad) su papel se vuelve mucho más relevante. Es indiscutible que para que un docente pueda mejorar la conducta de un alumno con TDAH en el aula es preciso, primero, que conozcan el trastorno, para tener toda la información relativa a lo que se van a encontrar en el aula, y segundo, que sepan que estrategias y recursos tienen a su alcance para poder modificar la conducta del alumno.

Son muy numerosas, variadas y flexibles las pautas y estrategias que podemos seguir en el aula con los niños con TDAH, y por ello, conocer qué tipo de percepción tienen ellos, como se comportan o cómo reaccionan ante determinadas circunstancias nos será de mucha ayuda para aplicar la metodología más adecuada en cada caso.
En este artículo presentamos dos programas para mejorar el control de las conductas en el aula.
Debemos tener en cuenta que el aula es un entorno dinámico, en constante cambio, po lo que la aplicación de los programas completos, e de ciertas pautas o estrategias, deberán irse adaptando a medida que el aula lo solicite, estando en un continuo reajuste para adaptarnos a los cambios.
Por un lado tenemos el COMP (Classroom Organization and Management Program) basado en la investigación del Dr. Carolyn M. Evertson y desarrollado por esta misma.
Este programa ofrece a los profesores las herramientas para aprender pasos hacia un aula bien organizada, teniendo como objetivo ayudar a mejorar a los docentes sus habilidades generales de gestión de instrucción y de comportamiento a través de la planificación, implementación y mantenimiento de prácticas eficaces en el aula.
Para cada una de estas estrategias se dispone de un cuestionario de autoevaluación, un resumen de la investigación relacionada, sugerencias e ideas, casos prácticos y actividades para ayudar a aplicarla en clase.
El Good Behavior Game es otro programa de control del comportamiento, que se basa en el refuerzo positivo de las conductas adecuadas durante la clase.
Emplear el refuerzo positivo nos ayudará a aumentar poco a poco las conductas que deseamos mantener y eliminar las que resultan disruptivas. Esto, evidentemente, es algo que se puede trabajar también de manera grupal.
Para ello, se divide a la clase en dos equipos, se establecen unas reglas y se concede un punto cada vez que uno de los alumnos de ese equipo se salta una de las reglas. Al final del día, el grupo con menos puntos gana una recompensa, pero si los dos equipos tienen menos puntos que el límite que se haya establecido, ambos comparten la recompensa.
Para implantarlo se siguen unos pasos:
Decidir en qué momentos del día se va a aplicar el juego. Lo más común es hacerlo durante las explicaciones, el trabajo personal o el tiempo de lectura individual.
Definir con claridad qué comportamientos reciben puntos. Son muy habituales: levantarse del sitio, hablar sin permiso o interrumpir la clase. Es importante dejar muy claro en qué consisten esos comportamientos y si hay alguna excepción (por ejemplo: hablar para responder a una pregunta del profesor).
Establecer las recompensas: algunas posibilidades son: un rato al final del día para dedicarlo a juegos educativos, colocarse los primeros en la fila para la comida, poner sus nombres en un cartel de ganadores,… Se recomienda que la recompensa esté muy relacionada con las actividades de clase.
Presentar el programa: se explica a los alumnos, se forman los equipos (normalmente los alumnos que están sentados en la parte izquierda de la clase y los que están sentados en la parte derecha), es habitual que los equipos busquen un nombre que les dé un poco de sentido de grupo. Se dejan claros los comportamientos que puntúan (los propios alumnos pueden preparar demostraciones de los adecuados y los inadecuados), se prepara un cartel o un lugar de la pizarra donde se registren los puntos.
Poner en marcha el programa: se sigue trabajando en clase con normalidad, pero se anotan los puntos cuando aparece un mal comportamiento. Es importante ser sistemático en la puntuación y en la aplicación de las reglas, y no cambiar nada (criterios para dar puntos o recompensas) sin haberlo expuesto antes a toda la clase. Las normas se repasan con frecuencia, y es importante evitar que haya discusiones cuando se dan puntos por no seguir las reglas.
Estas son solo algunos programas que podemos emplear, pero lo más importante es conocer a nuestros alumnos, separar las conductas a mantener de las que deseamos eliminar y plantearnos un proyecto para llevarlo a cabo.

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