El TDAH es un problema biológico. No se trata de un problema
de motivación o de educación.
Las voces que hablan de la no existencia del TDAH, otras que
nos alarman con el uso de la medicación o las que nos ofrecen terapias
milagrosas, nos alejan de nuestro objetivo y nos alejan de un tratamiento
eficaz y con buenos resultados. El tiempo corre en nuestra contra y debemos tenerlo en
cuenta a la hora de iniciar un tratamiento.
Es importante conocer bien a qué nos enfrentamos. De la
misma manera que deberían conocerlo aquellas personas que nos hablan de la
inexistencia del trastorno. Siempre nos hablar de ver el problema desde otra
perspectiva, con otras informaciones. Pero curiosamente se olvidan de verlo con
los ojos de los padres, lo que vemos cada día no es cuestión de perspectivas,
ni de opiniones. No puedes opinar sobre mi si no me conoces, no puedes decidir
sobre mi vida sin ni siquiera acercarte a conocerla. Ver la selva desde una
pantalla de televisión no te hace un habitante de ella ni siquiera un gran
conocedor.
Opina sí, pero con conocimiento de causa. Conce antes,
conoce bien y luego opina.
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