¿Qué buscamos con
la medicación?
Cuando
nos decidimos a medicar, buscamos
el equilibrio entre beneficios y efectos adversos.
La
medicación controla los síntomas, ayudando a los otros problemas asociados y a la
terapia que el niño o niña esté llevando. Cómo con toda medicación, la cuestión
está en conseguir un equilibrio entre los beneficios que aporta y los posibles
efectos adversos, si los hubiera. Hay casos en que los efectos adversos son
demasiado acusados y no se puede continuar con la medicación, para estos casos
hay alternativas que su médico le comentará. Sin embargo hay otros casos en los
que no se dan prácticamente efectos secundarios y los que aparecen se palian
con facilidad o van desapareciendo por sí solos en poco tiempo.
La
primera opción de tratamiento para el TDAH es el metilfenidato, tanto para niños, como para
adolescentes y adultos. El metilfenidato es un psicoestimulante, más
conocido por el nombre con que se comercializa (Rubifen, Concerta, Medikinet), se
utilizan para mitigar los síntomas de este trastorno como son el déficit de
atención y la hiperactividad. El metilfenidato lleva mucho tiempo usándose, desde 1955 y, por tanto,
tiene a sus espaldas años de estudios y
experiencia. Es por ello que se considera un tratamiento seguro y efectivo. El
metilfenidato no actúa con eficacia para todos los síntomas del espectro del
TDAH, pero sí que tiene un
efecto importante y eficiente en los síntomas nucleares, hiperactividad,
impulsividad y déficit de atención. Tiene menos eficacia en comorbilidades que aparecen
con el TDAH relacionadas con comportamiento social, agresividad, problemas
académicos… Es por ello que se habla de un tratamiento multidisciplinar, ya que
las terapias pedagógicas y psicológicas trabajaran de forma efectiva sobre
estos problemas que la medicación no puede controlar.
Tanto
el metilfenidato como la atomoxetina tienen efectos secundarios que debemos
tener en cuenta pero que tampoco deben asustarnos.
En el
caso del metilfenidato los efectos secundarios son los propios de un
estimulante. Los más frecuentes son: nerviosismo, problemas de sueño (sin que
existe evidencia de afección de la calidad del sueño y del descanso),
disminución del apetito, en ocasiones dolor de cabeza y dolor abdominal (de
poca frecuencia y que se minimizan en poco tiempo hasta desaparecer). Todos
estos efectos secundarios suelen presentarse
en el inicio del tratamiento y desaparecer espontáneamente al poco tiempo.
Debemos tener en
cuenta que muchos de estos efectos secundarios que se nombran ya están
presentes en el niño antes de la toma, ya sea porque los crea el ambiente
y las circunstancias o porque son también inherentes al trastorno. Lo que
ocurre es que el medicamento puede incrementarlos.
LA REALIDAD ES QUE
EL METILFENIDATO ES UNA MEDICACIÓN DEMOSTRADAMENTE SEGURA.
La
dosificación del medicamento depende de cada caso concreto, ya que no solo
influye la edad sino las características particulares de cada niño, aunque como
toda medicación se guía también por el peso del niño o niña.
Existen
varias formas de presentación del metilfenidato. Primero nos encontramos con la
liberación rápida como es el caso del Rubifen que suele tener efecto de 4 o 5
horas. Cuando se usa solamente este medicamento, se suele repetir su
administración varias veces al día, normalmente cada seis horas, para evitar
así picos en la conducta. Por otro lado tenemos el Concerta y el Medikinet,
ambos de acción o liberación prolongada. Son muy parecidos, la diferencia está
en la duración. Concerta tiene un efecto de 12 horas mientras que Medikinet
dura unas 8 horas.
Dar
con la medicación correcta es complicado puesto que los niños responden de
manera diferente a los medicamentos. En la práctica se encuentran niños que
responden bien al Concerta y no al Medikinet o al contrario. Existen casos en
los que se hace necesario mezclar metilfenidato de acción lenta y rápida. Sea
como sea es el especialista el que estudiará cómo y con qué medicar e irá
ajustando sus acciones a cada situación.
Actualmente existen estudios de largo plazo que no
evidencias efectos indeseados de la medicación
e inclusive, estudios recientes, han descartado algunos de los efectos
indeseados y más temidos, como efecto de ella. Evidentemente la investigación
acerca de la medicación continúa.
La
segunda opción en el tratamiento del TDAH:
Como
segunda opción tenemos la atomoxetina conocida por su nombre comercial que es
Strattera. La atomoxetina comenzó a usarse en España en 2006. Se trata de un
antidepresivo y se ha visto efectividad cuando el TDAH está asociado a
ansiedad, aunque también se utiliza en los casos en que el metilfenidato no da
los resultados esperados o no se puede usar por las causas que sean. La atomoxetina
es un inhibidor de la re-captación de la noradrenalina.
El
uso de la atomoxetina no es problemático y se considera seguro, como el
metilfenidato. Su punto a favor es que no interfiere con el sueño
por lo que se pueden realizar las tomas más tarde o incluso por la noche. En
adolescentes y adultos la atomoxetina es mejor tolerada, ya que en el
adolescente la ansiedad suele ser un síntoma que se presenta con mayor
frecuencia.
Los
efectos secundarios de este medicamento son los típicos de un antidepresivo,
pero en el caso de la atomoxetina son más tolerados que cualquier otro tipo de
antidepresivos.
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Cuando nos encontramos con algún trastorno acompañando el TDAH se trata primero el trastorno considerado más grave. El especialista estudiará el caso y decidirá cuál es la mejor opción. Por ejemplo en el caso de que el TDAH curse con ansiedad suele darse importancia a este último y se opta por el tratamiento con atomoxetina como primera opción. La existencia de comorbilidades en el TDAH hace que en muchas ocasiones se necesite usar otros fármacos en el tratamiento, siempre será el especialista quién valore este aspecto.
Frecuentemente
los padres se preguntan que síntomas modulan los fármacos y si hay fármacos
solo para el déficit de atención o solo para la hiperactividad, por ejemplo. Los
fármacos usados para el TDAH están diseñados para atacar a los tres síntomas
nucleares del trastorno: hiperactividad, déficit de atención e impulsividad, ya
que el tipo combinado que presenta los tres síntomas es el más común entre los
afectados por el TDAH. Por tanto no podemos decir que exista un medicamento
diseñado específicamente para un solo síntoma.
Otra
duda de las familias con respecto a la medicación se refiere a la duración del
tratamiento farmacológico. Dejar la medicación o no a partir de cierta edad va
a depender de la sintomatología y evolución de la persona. El TDAH es un
trastorno crónico, de manera que puede ocurrir que la persona llegue a la edad adulta tomando
medicación. La retirada de la medicación no paree ser, ahora mismo, la opción más ideal en la mayor parte de los
casos, por lo
que indican las últimas investigaciones y casos evaluados. Aunque fue tónica
general retirar la medicación en la adolescencia, se ha podido comprobar que
esta práctica no es del todo correcta pues el TDAH sigue estando ahí y afectando
de manera significativa y negativa a los adolescentes.
Descansos de la toma u olvidos
El
olvido de una toma no es significativo cuando hablamos medicamente, es decir,
no se van a producir efectos notables a nivel nervioso o a nivel físico; pero
debemos tener claro, que en el colegio se va a notar y puede que mucho, sobre
todo si esto se hace durante varios días o semanas. Cuando los efectos
secundarios son marcados, puede ocurrir que el especialista recomiende que se
deje la medicación durante las vacaciones por ejemplo. El efecto rebote va a
ser mínimo y no existen consecuencias físicas negativas de suspender la
medicación. Pero también debemos tener en cuenta la palabra de psicólogos y
pedagógos que tienen un papel importantísimo en el tratamiento de este
trastorno.
Desde
el punto de vista psicopedagógico, el problema de los descansos en la
medicación, el fin de semana o durante las vacaciones, reside en que los
aprendizajes no consiguen consolidarse de igual forma, de forma efectiva. Los
aprendizajes se interrumpen y no se consolidan y evolución progresiva en cuanto
a rendimiento académico va a peor. El efecto del fármaco deja de estar ahí y cuando
se vuelva a la toma se tendrá que esperar un tiempo a que empiece a regular, tiempo perdido. Es importante tener en cuenta
que el TDAH es un proceso crónico y por tanto hay que acostumbrarse a
tomar el fármaco cada día, como si de otra medicación crónica se tratara.
Abordaje
multidisciplinar del TDAH
El tratamiento óptimo del TDAH se centra en un abordaje multidisciplinar en el que la medicación
es solo una pequeña parte. Un
tratamiento que combina la medicación, las adaptaciones escolares y familiares,
la educación de padres y niños para el trastorno, el tratamiento psicológico y
el psicopedagógico. Lo que queda claro es que con el tiempo ha resultado
evidente al efectividad de la medicación en el TDAH no solo por sus efectos
directos sino porque ayuda sustancialmente al éxito de las otras terapias
concomitantes en el tratamiento.
5 comentarios:
Interesante información. Gracias por publicarla
Mi hijo gracias a la medicación ha podido salir adelante porque con ella ha conseguido sacar más partido al tratamiento psicopedagógico. El concerta no nos dio buen resultado y por eso nos pasaron al medikinet, hasta ahora con este otro nos ha ido a las mil maravillas.
Es una información interesante, sobre todo cuando hay tantos que intentan meternos el miedo en el cuerpo con esto de la medicación
me podría informar de risperidona por favor
Hola amigo/a. La rispedona es un medicamento psiquiátrico usado en el TDAH ante la existencia de comorbilidades. Si necesitas más información acude a tu asociación más cercana. En la portada del blog puedes encontrar información sobre las asociaciones. Si eres de Tenerife o de cualquier otra isla puedes llamarnos al 922645715 o contactar al correo secretariaatimana@gmail.com si bien este mes estamos cerrados por vacaciones, desde el 1 de septiembre estamos trabajando. Un saludo
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