No somos perfectos, nadie lo es y no debemos pretender serlo.
Debemos afrontar nuestra paternidad de forma positiva, creer en nosotros mismos
y en nuestros hijos.
Aquí unos consejos para reflexionar y afrontar este periodo
vacacional que pasaremos dentro de poco con nuestros hijos. Pero también el
resto del año, porque esta serie de consejos nos ayudará a pensar un poquito y
a recapacitar.
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No,
no somos perfectos, por tanto no pretendamos tener un hijo perfecto. Y tengamos
en cuenta que la mayor parte de los errores que cometamos en la educación de
nuestros hijos quedarán compensados por las buenas cosas que hagamos.
A veces nos es complicado ver esas cosas positivas, la
vorágine del día a día, los nervios, el estrés y todo lo que conlleva vivir con
el TDAH, hace que las cosas puedan verse de forma negativa. No podemos negar
que puede ser muy frustrante también para nosotros esa oleada diaria de
dificultades y muchas veces comentarios negativos.
Hacemos muchas cosas buenas, hacemos muchas cosas bien. Solo
tenemos que fijarnos un poco más. Solemos centrarnos más en lo negativo y a
veces nos concentramos demasiado en ello, dejando a un lado todo lo positivo
del día a día. También debemos tener en cuenta esas cosas positivas, tenerlas
en mente nos ayudará a ver más despejado el horizonte y a comprender que son
muchas las cosas buenas que hacemos y que ellos hacen.
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No
se trata de buscar continuamente las claves para educar a nuestros hijos, se
trata de ser nosotros mismo y averiguar qué es lo mejor para ellos.
Por supuesto que es necesario cambiar y adaptarnos al TDAH,
pero también debemos confiar en nosotros mismos, en nuestro criterio y en
nuestras capacidades.
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No
hay una sola forma de hacer las cosas. La vida es de colores y está llena de
matices. Por tanto tampoco hay una sola forma de ser buenos padres.
Informarnos y formarnos es esencial para afrontar la
educación de nuestros hijos de forma efectiva, pero también es esencial que
confiemos en nosotros mismos.
Por supuesto que debemos mejorar y superarnos como padres,
por eso debemos informarnos y formarnos, pero también debemos ser conscientes
de nuestra capacidad para afrontar la tarea educativa.
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El
tiempo con nuestros hijos es único e irrepetible, por ello debemos aprovechar
al máximo todos los momentos que estamos juntos.
o
Contarles
nuestras experiencias en la niñez es una buena forma de compartir, nos
acercamos a ellos enseñándoles que también fuimos niños con experiencias
similares a las de ellos.
o
Realizar
actividades con ellos y acercarnos cada día un poco más, ir al cine, a los
museos, a una excursión. Compartir con ellos diferentes vivencias es una
experiencia inolvidable.
o
Leer
es una actividad estimulante y nos acerca a los niños. Leerles un cuento cada
día o un capítulo de un libro. Los libros nos abren la puerta a un mundo
maravilloso y estimulante y de paso nos ayudan a estrechar lazos.
o
Ayudarles
a averiguar que les gusta a elegir un hobby es una buena idea: maquetas, cocina,
manualidades, dibujo… Da lo mismo, la cuestión es hacer algo juntos, hacer algo
que les guste y les estimule, y compartir un momento inolvidable.
o
Ellos
necesitan que se les escuche. Puede parecernos que eso que nos dice no tiene
importancia, pero pensemos como niños, cuando teníamos su edad esas cosas
también nos importaban. Escuchar a los niños nos ayuda a comprenderlos mejor
pero también nos abre las puertas a su mundo, un mundo maravilloso y mágico, y
nos despierta esos recuerdos infantiles tan extraordinarios, conectemos con
ellos y con nuestro niño interior.
o
Trabajar
con ellos en las tareas de la casa es importante. Ellos se sentirán una parte
importante de la casa, de la familia, y
al fin y al cabo, lo son.
A tener en cuenta:
Nuestros hijos son niños y niñas, chicos y chicas. No son
perfectos igual que tampoco nosotros lo somos. Nuestros hijos tienen sus fallos
y sus inmensas cosas buenas. Debemos tenerlo en cuenta, fomentar sus puntos
favorables e intentar no forzar la máquina.
-
Los
papis debemos dejar que nuestros hijos desarrollen sus posibilidades, se
enfrenten ellos mismos a sus propios retos. Los padres que no creen en las
competencias de sus hijos no les piden que hagan cosas que les ayuden a
desarrollar y ampliar sus posibilidades.
-
No
se trata de estar pendientes de ellos buscando todo lo que hace mal, sino de
todo lo contrario, se trata de buscar todo aquello que hace bien. Dejar que se
interesen por cosas nuevas, que experimenten y ayudarles a corregir sus errores
y aprender de ellos. Los errores son grandes maestros, ellos necesitan cometer
sus propios errores, enfrentar sus propias soluciones y aprender de esa
experiencia.
-
Ellos
necesitan resolver sin necesidad de nuestra ayuda, si creemos en su
competencia, debemos dejarlos esforzarse en cada actividad y en la solución de
las dificultades sin intervenir antes de que ellos nos pidan ayuda.
-
Debemos
creer en su competencia, enseñarles y ser conscientes de que sí son capaces de
aprender cada día más y mejor. Presuponer su incapacidad puede hacer que ellos
terminen por creerla. Hagamos lo contrario, creamos en sus capacidades para que
ellos también crean en sí mismos.
-
Ellos
también tienen derecho a equivocarse, a fallar. Quién no comete errores. Sobre-protegerlos
no les ayudará, debemos creer en ellos y en su capacidad para arreglárselas por
sí solos.
Creer en ellos, dejarles afrontar
tareas complicadas (acordes a su nivel de desarrollo físico y personal),
confiar en su capacidad para solucionar los problemas y aprender de ellos;
fomentará en nuestros hijos una confianza en sí mismo y una alta autoestima.
Al fin y al
cabo se trata de darse cuenta que todos somos capaces y nadie es perfecto, de
reconocer la capacidad de nuestros hijos para enfrentarse a la vida y a los
problemas. Ayudarles pero sin sobre-protegerles, ellos no lo necesitan. Se
trata dejarles volar con sus propias alas apoyados por nuestra confianza.
Fuente: Manual Didáctico para la Escuela de Padres de la Generalitat Valenciana.
A través de
Elvira Rodríguez Almenara
ATIMANA-DAH
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