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LOS CUIDADORES TAMBIÉN DEBEN CUIDARSE



Fuentes:

Cuidar a otras personas que presentan necesidades especiales o que requieren de un cuidado y atención extra requiere esfuerzo y sacrificio por parte del cuidador, se trata de un trabajo agotador física y mentalmente.

Para cuidar mejor a nuestros hijos o a aquellas personas que tenemos a nuestro cargo tenemos que aprender a cuidarnos, el cuidador debe cuidarse a si mismo para poder ofrecer los mejores cuidados a la persona que tiene a su cargo.

El cuidador presenta una serie de necesidades como conocer sobre la enfermedad que trata, formarse ante ella, orientarse para afrontar las necesidades que se presenten, etc.


EL CUIDADOR DEBE TENER COMO PRIORIDAD EL CUIDARSE.

El burn-out es el agotamiento del cuidador. Es un estado de fatiga o frustración que aparece en los cuidadores a causa de su carga física y mental a la hora de encargarse de la persona dependiente. Esto ocurre no solo en casos que percibimos como extremos, también aparece en padres de hijos que presentan problemas como el TDAH.

Este agotamiento es una respuesta al estrés continuado que se produce cuando nos enfrentamos a situaciones que nos requieren un esfuerzo importante y continuado. El burn-out produce agotamiento físico y emocional, provoca que rindamos menos en las diferentes tareas diarias, hace que dejemos de relacionarnos con otras personas o lo hagamos con menor frecuencia...

Los factores que pueden desencadenar este agotamiento son la sobrecarga de tareas, horarios demasiado exigentes, no contar con una red personal como recurso de ayuda y apoyo, etc...

Los síntomas que caracterizan este agotamiento son: cansancio físico y mental, insomnio, somatizaciones físicas (palpitaciones, temblores, molestias gástricas, dolor de espalda, dolor de cabeza...), cambios bruscos de humor, aislamiento social, etc...

Debemos estar atentos a los signos de alerta para poder mediar antes de que se agrave la situación.

Es importante tener en cuenta la posibilidad de este agotamiento y saber que podemos tomar medidas para prevenirlo.

¿Qué podemos hacer para prevenirlo?
Cuidar la salud comiendo sano, respetando horarios, haciendo ejercicio. Descansar adecuadamente y las horas necesarias. Evitar el aislamiento reservando tiempo para salir con amigos. Conseguir y mantener un entorno que nos sirva de apoyo. 

Meditar y aprender ejercicios de relajación y respiratorios, nos ayudarán a cuidarnos mejor y a descargar tensión acumulada. Masajes y automasajes también ayudan a relajarse y sentirse mejor. Los estiramientos nos ayudarán a mantener nuestros músculos y huesos sanos. La música es un gran relajante y levanta el ánimo.

Lee sobre este interesante tema en el artículo de Faros:



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