Una aproximación general al TDAH,
Criterios de diagnóstico, evaluación, comorbilidades, tratamiento
multimodal
§
El TDAH son las siglas que nombran al trastorno por déficit de atención con
hiperactividad.
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Este trastorno está caracterizado por tres síntomas característicos y
prototípicos que son eldéficit de atención, la hiperactividad y la
impulsividad.
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Es uno de los trastornos psiquiátricos de mayor presencia en la edad
infantil y la adolescencia, más de un 6% de la población infantil lo padece. Se trata de un trastorno crónico, de manera que no va a desaparecer con la
edad adulta. Constituye un problema muy importante que influye de manera drástica en las
personas que lo padecen.
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Es generador también de grandes comorbilidades y de desajustes en los
niños, adolescentes y adultos.
§
El TDAH supone un importante escollo en la adaptación de niños,
adolescentes y adultos a una vida adaptada y efectiva.
El TDAH no es un trastorno reciente como muchos comentan. Aparecen
referencias a él, con distintos nombres, desde el siglo XIX. Lo que sí
parece evidente es que en los últimos 20-30 años ha recibido un fuerte e
importante impulso en cuanto a conocimientos, investigaciones y avances sobre
el tema.
La etiología del trastorno no es del todo clara. Se encuentra una fuerte
influencia genética en los estudios recientes, pero también se muestra una
importante influencia ambiental. Sea como sea los mecanismos que causan este
trastorno no están claros del todo.
Hasta la fecha ningún factor ambiental se ha mostrado como causa necesaria
y suficiente para que el trastorno se manifieste. Dentro de los factores
biológicos se le da gran importancia a los sucesos durante la gestación como
por ejemplo el uso del tabaco. También parece existir relación entre la
aparición de TDAH y problemas con la gestación o el parto, como hemorragias
preparto o estrés fetal. Pero todos estos estudios no son concluyentes, lo
único que hacen es darnos una serie de pistas acerca de factores que están
presentes y parecen predisponer a la aparición del trastorno, hablamos de mayor
vulnerabilidad general y no específica para el TDAH. Es decir estos factores
provocan mayor incidencia de problemas en los niños como el trastorno que nos
ocupa, pero puede influir también en la aparición de otras patologías que no
necesariamente sean TDAH. De manera que la causa principal no son los factores
ambientales sino más bien parece existir un importante factor genético que
influye en cómo va a funcionar el cerebro.
Los factores psicosociales determinan más un riesgo psicopatológico general
y no concreto para el TDAH. Es decir, estos factores psicosociales no
determinan necesariamente la aparición del TDAH, pero si existe TDAH sí que pueden
agravarlo. Por ejemplo se encuentra relación entre la aparición del trastorno y
problemas como discordias maritales, clase social, trastorno mental materno y
otros. Son una serie de factores de riesgo que afectan a la persona en más de
un ámbito y que predisponen a la aparición o más bien al agravamiento de muchos
trastornos y en concreto del TDAH.
En este punto debemos volver al factor genético. Hay una gran influencia
genética en el TDAH, es decir, de la herencia. Con ello podemos ver que
muchos de estos problemas sociales pueden estar provocados, a su vez, por la
existencia del trastorno dentro de la unidad familiar, en cualquiera de sus
miembros; los propios padres pueden padecer el trastorno y verse influidos por
él en su relación con los hijos. Por tanto, muchos hablan de que los aspectos
psicosociales son más un potenciador del trastorno.
Los estudios realizados en cuanto a genética del trastorno parecen apoyar
la importante influencia de la herencia en el TDAH. Los estudios hechos al
respecto demuestran que existe un riesgo mayor de padecer el trastorno cuando
alguno de los padres también lo tiene, este riesgo es prácticamente del 57%
según estos estudios. Hay muchos estudios realizados con gemelos e hijos
adoptados que también señalan en la dirección de una fuerte influencia
genética.
El modelo de déficits cognitivos y alteraciones conductuales dentro del
TDAH hace dirigir la mirada hacia deterioros en las funciones ejecutivas y la
memoria de trabajo, se encuentran similitudes cuando los comparamos con adultos
que han sufrido alteraciones en el lóbulo frontal. Este hecho nos sugiere que
existe una disfunción en esta zona y áreas relacionadas. La mayor parte de
estudios con técnicas de neuroimagen encuentran evidencias de anomalías estructurales
en la corteza frontal y ganglios basales que incluyen problemas con los
neurotransmisores.
Para diagnosticar el TDAH se utilizan los criterios recogidos en el DSM-IV
o el CIE-10.
Criterios diagnósticos del DSM-IV:
Falta de atención
a) a menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores
por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades
b) a menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en
actividades lúdicas
c) a menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente
d) a menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u
obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o
a incapacidad para comprender instrucciones)
e) a menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades
f) a menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas
que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o
domésticos)
g) a menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p. ej.
juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas)
h) a menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes
i) a menudo es descuidado en las actividades diarias
- seis (o más) de los
siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han
persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es des
adaptativa y poco lógica en relación con el nivel de desarrollo:
Hiperactividad
a) a menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento
b) a menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se
espera que permanezca sentado
c) a menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado
hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de
inquietud)
d) a menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a
actividades de ocio
e) a menudo “ está ocupado” o suele actuar como si “ estuviera impulsado por
un motor
f) a menudo habla en exceso
Impulsividad
(g) a menudo emite bruscamente las respuestas antes de haber sido terminadas
las preguntas
(h) a menudo tiene dificultades para esperar su turno
(i) a menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ejemplo
se entromete en conversaciones o juegos)
- Algunos síntomas de
hiperactividad-impulsividad o desatención que causaban alteraciones estaban
presentes antes de los 7 años de edad.
- Algunas
alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más ambientes
(p. ej., en la escuela y en casa)
- Deben existir
pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo del funcionamiento
social, académico o laboral.
- Los síntomas no
aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del
desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican mejor
por la presencia de otro trastorno mental.
Se consideran tres subtipos dependiendo de que predomine la hiperactividad
o la falta de atención. Tenemos por un lado el TDAH con predominio de déficit
de atención en el que predominan los criterios de desatención, no se da
hiperactividad. Otro subtipo es el hiperactivo-impulsivo, aquí lo que se dan
los criterios de impulsividad-hiperactividad pero no los de desatención. Por último
tenemos el tipo combinado, el más frecuente, que combina tanto los síntomas de
hiperactividad-impulsividad como de desatención.
Criterios diagnósticos del CIE-10:
Lo denomina trastorno hipercinético.
Déficit de atención:
1. Frecuente incapacidad para prestar atención a los detalles junto a
errores por descuido en las labores escolares y en otras actividades.
2. Frecuente incapacidad para mantener la atención en las tareas o en el
juego.
3. A menudo aparenta no escuchar lo que se le dice
4. Imposibilidad persistente para cumplimentar las tareas escolares
asignadas u otras misiones.
5. Disminución de la capacidad para organizar tareas y actividades.
6. A menudo evita o se siente marcadamente incómodo ante tareas tales como
los deberes escolares que requieren un esfuerzo mental mantenido.
7. A menudo pierde objetos necesarios para unas tareas o actividades ,
tales como material escolar, libros, etc.
8. Fácilmente se distrae ante estímulos externos.
9. Con frecuencia es olvidadizo en el curso de las actividades diarias
Hiperactividad:
1. Con frecuencia muestra inquietud con movimientos de manos o pies o
removiéndose en su asiento.
2. Abandona el asiento en la clase o en otras situaciones en las que se
espera que permanezca sentado.
3. A menudo corretea o trepa en exceso en situaciones inapropiadas.
4. Inadecuadamente ruidoso en el juego o tiene dificultades para
entretenerse tranquilamente en actividades lúdicas.
5. Persistentemente exhibe un patrón de actividad excesiva que no es
modificable sustancialmente por los requerimientos del entorno social.
Impulsividad:
1. Con frecuencia hace exclamaciones o responde antes de que se le hagan
las preguntas completas.
2. A menudo es incapaz de guardar turno en las colas o en otras situaciones
en grupo.
3. A menudo interrumpe o se entromete en los asuntos de otros.
4. Con frecuencia habla en exceso sin contenerse ante las situaciones
sociales.
- El inicio del
trastorno no es posterior a los siete años
- Los criterios deben
cumplirse en más de una situación
- Los síntomas de
hiperactividad, déficit de atención e impulsividad ocasionan malestar
clínicamente significativo o una alteración en el rendimiento social ,
académico o laboral.
- No cumple los
criterios para trastorno generalizado del desarrollo, episodio maniaco,
episodio depresivo o trastorno de ansiedad.
LA EVALUACIÓN:
Para comenzar la evaluación y diagnóstico del TDAH se hace necesaria la
entrevista con los padres. La entrevista con el propio paciente puede
despistar ya que resulta ampliamente subjetiva y muchos niños y adolescentes
pueden mantenerse muy controlados en el entorno médico. En algunos casos se
opta también por entrevistarse con los profesores y otros miembros de su
entorno, aunque no es actualmente práctica muy común.
Es muy importante obtener información acerca del rendimiento escolar, sobre
cómo se comporta, cómo es su aprendizaje, cursos superados, notas. También se
puede solicitar información a otros profesionales que hayan tratado al niño
como pedagogos por ejemplo.
Tanto a padres como a profesores se les suele pasar una serie de test
indicadores de TDAH.
Además se le pasan al niño varias pruebas para evaluar otros aspectos
educativos, principalmente no debe faltar un test de cociente intelectual, y
normalmente suelen realizar pruebas para comprobar la existencia o no de
dificultades del aprendizaje ya que estas son una de las principales
comorbilidades que aparecen junto con el TDAH.
En muchas ocasiones se usa la observación. La observación en el medio
natural proporciona mucha información acerca de la dinámica entre niños y
padres y también sobre la dinámica existente entre el niño y los docentes, el
resto del personal del colegio y los compañeros, sacando a la luz posibles trabas,
defectos en la manera de llevar el trastorno o problemas añadidos.
Cuando tratamos de evaluar y diagnosticar ante la sospecha de un TDAH no
debemos olvidar nunca la evaluación médica. La evaluación médica debe incluir
la historia clínica del paciente y un examen físico, debe hacerse constar la
medicación que se toma o por ejemplo si se ha tomado algún tipo de droga
ilegal, por supuesto deben descartarse déficits visuales y auditivos. En muchos
casos, sobre todo en adultos, se debe descartar cualquier patología que este
influyendo en la sintomatología como puede ser la apnea del sueño que suele
causar problemas de concentración, también debe descartarse la presencia de
hipertiroidismo entre otros trastornos. En todo caso, siempre será el médico el
que realice las pruebas que considere oportunas en relación al historial del
paciente.
COMORBILIDADES EN EL TDAH
La comorbilidad se presenta en más de dos terceras partes de los niños
remitidos a las consultas.
Los trastornos más frecuentes que se presentan junto al TDAH son:
ü El Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD),
ü los Trastornos de Conducta (TC),
ü los Trastornos de Ansiedad,
ü Trastornos afectivos (depresión por ejemplo),
ü Trastornos del sueño,
ü Tics y Gilles de la Tourette,
ü Problemas de rendimiento académico o dificultades del aprendizaje y
ü Predisposición a lesiones y accidentes.
El trastorno oposicionista desafiante o TOD consiste en un patrón de
conductas persistentes, desafiantes hacia los otros, hostiles y negativistas,
que incluye discusiones con los adultos, mentiras, culpabilizar a los demás,
desafío de la autoridad, resentimiento, rebeldía, rabietas.
Los trastornos de conducta o TC están conformados por una serie de
conductas que violan reiteradamente las normas sociales preestablecidas, las
leyes y los derechos básicos de los demás. Se pueden dar conductas agresivas
como intimidación o amenazas, crueldad y peleas, uso de armas. Además
pueden presentarse conductas que impliquen destrucción de la propiedad, robos y
violaciones graves de las normas.
El trastorno de ansiedad es junto al TDAH uno de los trastornos de tipo
psiquiátrico más presentes en la infancia. Cerca de un 25% de los casos
presentas ambos trastornos a la vez, además la presencia de TDAH aumenta significativamente
el riesgo de padecer un trastorno por ansiedad, multiplica por tres dicho
riesgo. Son respuestas defensivas e instantáneas antes supuestas
situaciones de peligro, que pueden resultar muy turbadoras cuando se presenta
sin razón aparente y disparando respuestas excesivas. Se dan reacciones de
miedo o huida. Es por tanto una reacción de tensión sin causa aparente, más
difusa y menos focalizada que los miedos y fobias; esta reacción de miedo se
manifiesta mediante una serie de respuestas fisiológicas, cognitivas y
conductuales que resultan muy turbadoras y problemáticas incluso a nivel
fisiológico.
Por otro lado tenemos los trastornos afectivos como puede ser la depresión
mayor o distimia. Los niños con TDAH tienen un riesgo cinco veces mayor
de padecer este tipo de trastornos. Además parece ser, según algunos estudios,
que el pronóstico es peor cuando se asocian al TDAH este tipo de trastornos.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo, un estado de abatimiento,
tristeza o infelicidad que puede ser transitorio o permanente. También afectan
de manera profunda al individuo y su desarrollo y rendimiento.
En el TDAH también encontramos como comorbilidad los trastornos del sueño,
en cuanto a su conciliación, mantenimiento y duración, normalmente tardan más
en dormirse, se despiertan durante la noche y se levantan más temprano. Además
se pueden presentar casos de terrores nocturnos, pesadillas, movimientos
involuntarios, somniloquio (hablar dormido) y sonambulismo. A pesar de todo
esto parece ser que la calidad del sueño en estos niños es similar a la de
cualquier otro.
Los tics y el Síndrome de Gilles de la Tourette. La presencia de TDAH no
parece incrementar el riesgo de presencia de tics, aunque el SGT sí presenta
riesgo aumentado de presentar TDAH también si lo comparamos con la población
normal.
Asociados al TDAH encontramos con frecuencia problemas de rendimiento
académico, problemas de aprendizaje, debidos tanto a los síntomas propios del
TDAH como a otros trastornos específicos que se puedan dar aparejados. Las
Dificultades del Aprendizaje aparecen fuertemente ligadas al TDAH, dándose
problemas principalmente en la lectoescritura pero también en otros
ámbitos.
TRATAMIENTO
En cuanto al tratamiento siempre debemos hablar de una intervención
multimodal en la que se intervenga con medicación, tratamiento psicológico
y pedagógico, adaptaciones en el aula y adaptaciones familiares. Tampoco
debemos olvidar el tratamiento para la propia familia.
En cuanto a al tratamiento farmacológico la primera opción utilizada es el
metilfenidato. Este tipo de fármacos mejoran la atención y el tiempo de
reacción ante los estímulos externos, mejoran también la memoria, sobre todo a
corto plazo, también influyen positivamente sobre la impulsividad. De esta
forma disminuyen las interrupciones verbales y físicas, aumenta la
concentración y por tanto el rendimiento, favorece la cooperación e
interacción, también produce mejoras en las relaciones familiares ya que al
mejorara los aspectos de atención, impulsividad, se provoca una disminución de
los roces familiares. Los efectos secundarios de la medicación son leves. Cabe
destacar la falta de apetito y los problemas del sueño, actualmente se
controlan por medio de las revisiones periódicas con el especialista. El
metilfenidato se presenta en forma de acción inmediata durando su efecto 4 a 5
horas o también en forma de acción prolongada con una duración de 8 a 12 horas.
Una segunda opción para el tratamiento del TDAH después del metilfenidato es
la atomoxetina (antidepresivo tricíclico) inhibidora de la re captación de la
noradrenalina.
Existen otros fármacos para el tratamiento si los anteriores no pudiesen
usarse.
En todo caso siempre será el especialista el encargado de sopesar que
medicamentos se pueden usar en cada caso.
A parte del tratamiento con medicamentos o farmacológico tenemos las
intervenciones psicoterapéuticas. En los últimos años se ha hecho evidente
la necesidad de este tipo de tratamiento para la optimización de los resultados
en el tratamiento del TDAH, además debemos tener en cuenta también el
porcentaje de afectados con este trastorno que no responden adecuadamente a la
medicación o cuyos efectos secundarios son intolerables, por lo que esta opción
psicológica y pedagógica es el principal apoyo.
Dentro del ámbito psicológico se han utilizado y se utilizan diferentes
técnicas como:
§
el manejo de contingencias,
§
la terapia conductual o modificación de conducta,
§
intervenciones cognitivo-conductuales y
§
entrenamiento en habilidades sociales.
La terapia conductual pretende entrenar a padres y profesores en el manejo
de las conductas, el diseño de programas de refuerzo, el uso de consecuencias y
castigos, y el manejo de diferentes técnicas para la modificación de la
conducta.
Las intervenciones cognitivo conductuales se realizan directamente con el
paciente, se le entrena en auto instrucciones, resolución de problemas para
manejar la planificación, auto-refuerzo y aprendizaje del error para redirigir
la conducta ante situaciones de error o conflicto.
Cuando estamos ante el TDAH se hace imprescindible comunicar los
conocimientos básicos acercar del trastorno a todos los implicados, tanto
paciente, como padres y profesores deben tener información suficiente acerca de
que es el TDAH:
§
cuál es su origen,
§
que tratamientos existen,
§
consecuencias que se derivan tanto del trastorno como de los diferentes
tratamientos,
§
síntomas que muestra el TDAH….
El conocimiento es importante porque permite eliminar creencias erróneas,
mitos e ideas preconcebidas que limitan la ayuda que podemos darle al niño o
adolescente o, incluso, pueden llegar a perjudicarle. Asimismo el conocimiento
profundo de los diferentes aspectos del TDAH permiten comprenderlo mejor y de
esta forma tratarlo de forma más efectiva.
El conocimiento del TDAH facilita la intervención con éxito, la aceptación del
niño dentro de la familia y la escuela, la integración social del niño y otros
aspectos fundamentales para el buen desarrollo psicosocial del individuo.
Además de informar sobre todos los aspectos relativos al TDAH una parte del
tratamiento está enfocada a dirigir los esfuerzos de los padres por un
camino correcto para conseguir resultados óptimos en la educación de los hijos.
De esta forma se intenta proporcionar técnicas que les permitan adoptar un
estilo educativo optimo para la educación, que les permitan manejar de forma
adecuada y efectiva las conductas disruptivas que presentan los niños con TDAH,
ayudándoles también en la mejora de las capacidades para el estudio y el manejo
de los diferentes aspectos en los que presentan dificultades.
Por último, para tratar el TDAH, no podemos olvidar las adaptaciones
escolares y el tratamiento psicopedagógico.
El conocimiento de los profesores acerca del TDAH así como su implicación
en el problema, son muy importantes en el tratamiento del TDAH. Es importante
fomentar y conseguir una buena relación profesor-alumno en la que prevalezca la
comprensión hacia el alumno y su trastorno, esto determinará en buena medida el
éxito académico del niño e incluso su mejoría a nivel de relaciones sociales.
Por todo lo anterior debemos hacer consciente al profesor de que:
- El trastorno es una
discapacidad para el aprendizaje de causas biológicas, pero muy sensible a las
variables ambientales.
- Aún controlando el
ambiente adecuadamente los síntomas persistirán en diferente medida.
- Es un trastorno
sobre el “cómo hacer lo que se sabe” y no sobre “saber que hacer”; es decir, no
se carece de conocimientos o habilidades sino de las capacidades para organizar
las actividades.
- Precisa de mayor
estructura y organización, más refuerzo positivo y más inmediato y mayor
consistencia en las consecuencias.
- Reajustes
especiales, que irán en relación a las características particulares de cada
niño, para el desarrollo de las diferentes tareas.
- Coloración entre
padres y profesores, y apoyo mutuo. Evitar las culpabilización, reconocer
fallos y capacidades, y trabajar en conjunto hacia una misma meta.
Es raro que en el TDAH se generalicen conductas de mejora de un ambiente a
otro. Es decir, lo que mejora en la familia o en la consulta del psicopedagogo
no necesariamente se va a extrapolar al colegio. Por eso es importante trabajar
en cada ambiente y establecer programas complementarios que abarquen la
intervención conjunta y coordinada en los diversos ambientes en que el niño se
desenvuelve.
Fuentes:
Manual para padre de ACANPADAH
Niños hiperactivos, Barkley.
Guía de supervivencia para niños hiperactivos, Taylor.
TDAH Amador, forns y González.
Federación de asociaciones españolas de TDAH
UADA ULL
Wikipedia
Mediplus
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