Veinticuatro horas al día. Sesenta minutos cada hora. Sesenta segundos cada minuto. DE:¿Qué tenía que hacer yo? Diario más o menos interesante de un adulto con TDAH ( o eso dice…)

A veces me resulta curioso cómo la gente no suele comprender que el Déficit de Atención y la hiperactividad son algo que nos acompaña veinticuatro horas al día. Sesenta minutos cada hora. Sesenta segundos cada minuto. Al menos, gran parte de esos sesenta segundos.

Con esta frase comienza una entrada más que interesante de un blog que nos cuenta un poco sobre el TDAH.

Veinticuatro horas al día. Sesenta minutos cada hora. Sesenta segundo cada minuto. Un título curioso y esclarecedor para un escrito que vale la pena leer.

El autor nos dice: “El problema de la atención no aparece cuando se nos olvida algo, o cuando nos damos cuenta de que hemos sido muy ... El Déficit está ahí de forma permanente...

Algo simple para los que conocemos el problema pero que parece muy difícil de entender para muchos otros, algo que incluso a los que conocemos el problema se nos puede hacer complicado entender en algunos momentos.

… la gente que nos rodea no comprende qué nos pasa exactamente (si es que nos pasa algo). Ahí puede estar la clave: “Si es que nos pasa algo”. En tanto organizaciones, profesionales, etc. sigan tratando el TDAH como un problema infantil, como una farsa inventada por los laboratorios farmacéuticos, o como una mera curiosidad en lugar de como una patología cerebral, jamás entenderá el gran público cómo es vivir con Déficit de Atención…

Una realidad que nos afecta a todos, a todos porque los niños con TDAH crecerán y se convertirán en adultos con estos mismos problemas.

Por tanto está en nuestras manos luchar para conseguir que haya más información, mayor comprensión y más concienciación sobre este tema. Para entender y hacer entender que el TDAH no es un problema de niños, sino un trastorno crónico que se continúa hasta la edad adulta.

Cualquiera puede tener un despiste... El problema no es ese... El problema es que toda tu vida sea un gran despiste, un gran agobio, un gran “se me olvida algo” permanente bajo órdenes de un cerebro que no sabe comportarse de otra manera.

Leelo en: Veinticuatro horas al día. Sesenta minutos cada hora.Sesenta segundos cada minuto.